En total, son siete las reproducciones de tesoros bibliográficos exhibidas en el aeropuerto,
entre las que figuran las copias de códices y libros incunables. En concreto se trata de obras
clonadas, es decir, material que es idéntico en forma, tacto, olor y vista al original, con un
trabajo esmerado que puede durar de seis meses a dos años, y que reproduce fielmente la
antigüedad y el valor de estos libros, expuestos muchos de ellos en los mejores museos del
mundo, como el Metropolitan de Nueva York o el Louvre de Paris.
Estas piezas bibliográficas son réplicas de aquellos libros que pertenecieron a grandes reyes y
entre los que destaca el Libro de la felicidad de Murad III, la Biblia de San Luís o el Atlas de
Vallard, que argumenta que los portugueses fueron los primeros en llegar a Australia. La
exposición se podrá ver hasta finales de mayo.