Morirse de por sí ya es algo terrible, tanto para el que fallece como para sus familiares y allegados, pero si además lo hace en fin de semana, corre el riesgo de que además de trágico, asistir a su entierro o sepelio pueda ser misión imposible.
Y es que las continuas celebraciones deportivas que tienen lugar en nuestra ciudad durante los fines de semana, parece que están dificultando notablemente el acceso al tanatorio municipal, si atendemos a las numerosas críticas que al respecto recogen las redes sociales del Prat.
En ellas se explican las peripecias de personas que intentan dar su último adiós a un difunto y se encuentran con carreteras cortadas, sea por maratones, carreras ciclistas o cualquier otra actividad.
Es evidente que no son los deportistas los responsables de esta situación y cierto es que vivir en una ciudad exige contraprestaciones, pero no es menos cierto que la movilidad de nuestra población se debe planificar intentado evitar el máximo de inconvenientes y desde luego estos tan lamentables sucesos.