En el CRAM del Prat hay varios ejemplares de tortuga marina
que debido sus lesiones no podrán ser reintroducidas en el mar, al
considerarse que no sobrevivirían en el medio salvaje.
De este modo, las tortugas pasan a ser residentes en el Centro de
Rescate y requieren de una atención específica a diario; alimentación,
limpieza y seguimiento médico.
Estas tortugas reciben las visitas de la gente que viene al CRAM. Y
algunas de ellas participan en los proyectos de investigación que lleva a
cabo la Fundación.
Una de las mejores maneras de colaborar es apadrinando una de las
tortugas.Ello permite hacer previsiones a largo plazo, ya que las tortugas pueden superar los 90 años de vida.
Convertirse en padrino es una manera muy especial de
contribuir a la conservación del medio marino. Con el apadrinamiento se obtienen distintas ventajas como un certificado de apadrinamiento
personalizado, una ficha con información y fotografias de la tortuga
apadrinada, un obsequio Cram y un carnet de padrino o madrina que le
permitirá acceder de forma gratuita al Centro de Recuperación tantas
veces como quiera y así poder visitar a tu tortuga.